viernes, 24 de enero de 2014

ROMASANTA Y LA SAPONIFICACIÓN


 Romasanta es una película de Paco Plaza basada en los hechos reales acaecidos en la Galicia de 1850 donde una serie de misteriosas muertes, asociadas a la presencia de lobos por la zona acaban desembocando en una truculenta historia en la que  acaba siendo responsable de toda la ola criminal, Manuel Blanco Romasanta, un vendedor ambulante que confesó haber matado a trece personas y sacado su grasa corporal, algunas fuentes dicen que bajaba a venderla a Chaves (Portugal) a un farmaceutico que elaboraba jabón casero con ella, otras fuentes dicen que el mismo los elaboraba y vendía.

   Y de jabones va la historia. ¿Fabricar jabones con grasa humana? ¿Ciencia, realidad o una mera perversión de la realidad? Nada más lejos, en realidad el uso de grasa para la fabricación de jabones es un proceso que llevan realizando nuestras abuelas desde tiempos inmemoriables. Es más,en mi casa sin ir más lejos sigue elaborándose y utilizando este jabón.... Elaborado, no a partir de grasa humana claro está, sino de los restos de aceites de la cocina. 

   El proceso en sí, se conoce como saponificación...y le resultará muy familiar a todos aquellos alumnos de 2º bachillerato, pues concretamente es una de las reacciones estudiadas en el tema de Lípidos.

   La saponificación es una reacción química entre un ácido graso (o un lípido saponificable, portador de residuos de ácidos grasos) y una base o álcalis, en la que se obtiene como principal producto la sal de dicho ácido y de dicha base. (ello es, un jabón). El álcali es imprescindible para que se produzca esa reacción, pero hay que tener en cuenta que por sí solo es un elemento cáustico muy peligroso, cuyo manejo implica tomar una serie de precauciones muy importantes para manipularlo con seguridad. Los álcalis más utilizados en la fabricación del jabón son la sosa (hidróxido sódico, NaOH) y la potasa (hidróxido potásico, KOH).

Grasa + sosa cáustica → jabón + glicerina


Para su elaboración casera se sigue el siguiente procedimiento:
  • Disolver el álcali con el agua.
  • Al enfriarse, echar el aceite usado poco a poco. Remover con una paleta grande y siempre en el mismo sentido durante una hora.
  • Se agregan los añadidos que deseemos para darle aroma, textura etc...
  • Se irá endureciendo progresivamente, se pone en un cajón de madera, forrado con papel y, antes de que se ponga duro del todo, debemos cortarlo en trozos pequeños.
  • Se deja secar  un mes, dando la vuelta a las pastillas de vez en cuando para que se sequen homogéneamente, las dejaremos en un lugar fresco y  fuera del alcance de la luz solar.
   El hombre lobo de Alláriz confesó ser autor de los asesinatos que se le imputaban. Relató que conducía a sus víctimas a lugares discretos en los bosques gallegos y allí desgarraba y destrozaba los cuerpos que después devoraba. Su explicación fue que en su adolescencia había sido víctima de una maldición familiar que lo convertía en hombre lobo sin que pudiera evitarlo.

   Al final fue condenado al garrote vil, a pagar los gastos del juicio y a una indemnización a las familias de las víctimas. Sin embargo, una carta enviada a la reina Isabel II, de un hipnotizador francés que defiende que manuel Blanco sufre un síndrome psiquiátrico llamado licantropía, reduce la pena a cadena perpetua, muriendo en la carcel de Alláriz al poco tiempo.

   

2 comentarios:

  1. Otra película que he descubierto, no sabía ni de su existencia. Por cierto, en mi casa también se sigue haciendo jabón. ¡Enhorabuena otra vez por la entrada! Y no te dije nada de la anterior, pero me pareció genial y ya estoy buscando la peli, que no la he visto!

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  2. Gracias Miguelón, ya he dejado tu blog por aquí enganchado....yo seguiré a esto, que parece que cada peli que veo, peli que algo le saco que puede valerme jajajaj....

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